“Cierro los ojos y sólo siento. Cada nota transporta mis pies y mueve mi espíritu. Mis emociones se asoman y desbordan mi esencia; fluyen libres, es su momento.”
El ser humano ha estado en contacto con la música y la danza desde el principio de los tiempos. El baile ha formado parte de la sociedad siendo un lenguaje universal y una gran herramienta de transmisión emocional. Normalmente se ha utilizado y se usa en diferentes eventos significativos en la vida de las personas: celebraciones, rituales religiosos, etc.
Nacemos con una predisposición a movernos siguiendo el ritmo musical. Normalmente la gente que no baila tiene una fuerte influencia educacional.
La danza nos aporta grandes beneficios para la salud física y mental. En el aspecto psicológico podemos destacar los siguientes:
– Cuando salimos a bailar, aumentamos nuestras redes sociales. Al conocer a otras personas y bailar en pareja o en grupo, ayudamos a crear nuevas amistades.
– Tiene los mismos beneficios psicológicos que cualquier ejercicio físico aeróbico: favorece la liberación de endorfinas produciendo una sensación de felicidad, reduce el estrés y alivia la ansiedad.
– La visualización de coreografías o aprendizaje de figuras de baile ejercita percepción, la atención y la memoria a corto y largo plazo. Ayudando también a tener una mejor visión espacial.
– El baile nos ayuda a canalizar emociones, a expresar lo que en ocasiones bloqueamos o no sabemos manejar bien. Por medio de la expresión no verbal del baile, podemos desahogarnos y transmitir diferentes sentimientos.
– La danza ayuda a distraer la mente de preocupaciones y problemas.
– Fomenta la creatividad
– Incrementa la sensibilidad a nivel artístico, ayudando a mejorar la empatía y el desarrollo emocional