Las fechas venideras, son cruciales para todo aquel estudiante que quiera superar sus objetivos educativos. Es muy posible que durante estos días, se sufra de estrés, presión y bloqueos que dificulten el rendimiento y hagan peligrar un buen resultado. Todo ello viene causado por diversas razones, las principales son:

Falta de organización

Falta de concentración por problemas personales (duelos, etc.)

Falta de motivación ante el estudio

Presión externa ( padres, amigos, profesores, etc.)

Presión interna, es decir, no creer en un mismo. Esto puede conducir a la comparación con los demás o a la autocrítica psicológica que termina por desanimarnos y/o bloquearnos.

Si conseguimos cambiar la perspectiva ante los exámenes, nuestra tarea será más llevadera. Vamos a ver que tipo de pautas pueden ayudarnos a conseguir nuestros objetivos:

Planifica tu horario de estudio de forma realista.

No es positivo establecer metas imposibles de cumplir, pues lo único que vamos a conseguir es frustración y bloqueo. Cada persona sabe sus límites y posibilidades, mejor si las metas marcadas son sencillas y poco a poco vamos reajustándolas según nuestras capacidades y progresos.

Saber desconectar

Si tengo un mal día o no soy capaz de centrarme en una asignatura en particular, he de saber parar a tiempo, antes de hundirme y desesperarme. Tengo varias opciones para poder solucionar un bloqueo, por ejemplo:

Cambia de asignatura.

Date un respiro

Apunta la información que dificulta tu progreso y pregunta a un compañero, profesor o resuelve la duda mirando en otros libros, internet, etc.

Evita las distracciones

En numerosas ocasiones, al sentarnos ante el libro, pensamos hacer de todo menos estudiar, pues puede que estemos cansados o que no nos resulte una tarea tan estimulante como salir de fiesta o ver una película.

Hemos de intentar evitar todo tipo de distracciones y si nos es muy difícil, obligarnos a estudiar en un sitio en el que no se maneje otra opción, como por ejemplo la biblioteca.

Si quedo con alguien para estudiar en la biblioteca, me obligo a levantarme y a centrarme más fácilmente.

Hacer ejercicio físico

Ayuda a desconectar, liberarse del estrés y segrega endorfinas, que hacen que tu estado de ánimo mejore. Además, favorece la estimulación de la memoria y mejora la concentración.

Dormir bien:

Sacrificar horas de sueño por estudiar más es sumamente contraproducente. Dificulta enormemente el aprendizaje, la concentración y la retención de información. Por tanto, empeora notablemente los resultados académicos.

No olvidar dedicarnos tiempo para cargar las pilas:

Salir a tomar algo o charlar con los compañeros, dedicarle un tiempo a las mascotas, escuchar música relajante, hacer ejercicio o darnos un paseo. Todas estas opciones pueden ayudar a reducir el estrés y a enfrentarnos a los exámenes más relajados. No todo ha de ser sacrificio, necesitamos ciertos refuerzos positivos que nos motiven para seguir progresando.

Tener una buena técnica de estudio:

Es importante tener una óptima técnica de estudio para que el aprendizaje sea eficaz. Por ejemplo:

Evitar memorizar e intentar entender ayuda a la comprensión y resolución del examen, sobre todo si es de tipo test.

Autoevaluarnos nos ayuda a saber objetivamente como llevamos la materia aprendida.

Trabajar la materia con pequeños descansos que generen motivación puede ayudar a centrarnos en la tarea y no perder el tiempo.

Trabajar el mindfulness:

Con el trabajo de la atención plena, evitamos las rumiaciones y nos centramos en el presente. Ayuda a mantener la concentración en el estudio evitando las posibles distracciones y reduce el estrés.

Para una mejoría de las técnicas de estudio, el trabajo con el mindfulness o la valoración personal, siempre que no lo podamos conseguir por nosotros mismos, puede ser recomendable acudir a un psicólogo para así poder trabajarlo en terapia y lograr conjuntamente los objetivos marcados.