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El miedo a ser vulnerable

La expresión emocional es un tema muy valorado en la actualidad. Pero, desgraciadamente, no se practica tanto como debiéramos a consecuencia del concepto del que trata este artículo: la vulnerabilidad emocional.
 
A las personas les cuesta abrirse al mundo por miedo a ser vulnerables ante los demás. Se tiende a suponer que si expresas tus emociones, estás abriendo una puerta para que otros puedan herirte y hacerte sufrir. Pero la realidad es diferente a lo que podamos presuponer. Cuando una persona está convencida de lo que expresa, lo acepta y controla hasta dónde quiere mostrar a los demás, la vulnerabilidad se convierte en seguridad.
 
El temor al rechazo o las críticas sociales son causantes de nuestros bloqueos. Esos miedos nos impiden salir de nuestra zona de confort y nos imposibilitan evolucionar y avanzar. Las personas para evitar que se cumplan sus temores, en vez de enfrentarse a ellos, crean muros inaccesibles de una falsa seguridad. Este sistema de autodefensa en realidad aumenta las inseguridades y nos imposibilita trabajarlas.
Expresar nuestros sentimientos es algo natural; sentir rabia, miedo o tristeza, denota que eres humano no que eres débil. Por tanto, lo primero que hemos de hacer para evitar sentirnos vulnerables es aceptar nuestras propias emociones y estar en armonía con ellas. A partir de ahí ya podemos centrarnos en cómo buscar un cambio de las mismas si es necesario. Buscar soluciones desde el punto de vista de la aceptación y la seguridad, sin criticarnos o avergonzarnos por ello. 
 
Hemos de recordar siempre que los errores no son más que oportunidades de cambio. Una vez que reconozcamos nuestros fallos y limitaciones, podremos actuar en consecuencia para cambiarnos o adaptarnos a ellos, buscando siempre la mejoría personal.
Es muy complejo el cambio si no se reconocen y asumen las propias equivocaciones.