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Hacemos difícil lo fácil

El amor es incompatible con la posesión, pues su esencia es la libertad. Ante un rechazo o un cambio, nos frustramos no porque amemos demasiado, sino porque hemos aprendido a amar con condiciones. Aprender a soltar nos libera del sufrimiento y permite que el amor siga fluyendo, sin ataduras ni presiones, siendo real y verdadero.

Desear o querer no es amar, se desea lo que se sabe que puede que no dure y por ello nos aferramos generando una dependencia posesiva. Se ama lo que se sabe que es eterno con independencia de que esté o no a nuestro lado, su felicidad es nuestra mayor prioridad, independientemente de nuestra participación en ella.