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Las limitaciones del pensamiento atrapan nuestra libertad

La mayor parte de la infelicidad que sientes en tu vida se debe al hecho de que te estás escuchando a ti mismo, en lugar de hablarte a ti mismo. Necesitamos vernos realmente como somos y no como nos imaginamos ser. “

Las etiquetas enjaulan a las personas en un estereotipo rígido, censuran la libertad y nos encasillan. Tendemos a buscar una falsa seguridad en diagnósticos y definiciones. Intentamos conseguir un control irreal repasando síntomas y buscando resultados en internet. Todo esto sólo nos hace ser esclavos de un veredicto que puede o no ser acertado, restringiendo nuestra capacidad de superación y limitando nuestro bienestar.

Centrarnos en el problema y no en la solución define nuestra actitud ante la vida. No hemos de obsesionarnos en buscar una clasificación para nuestros problemas, más bien, hemos de concentrarnos en esas situaciones y personas que nos brindan tranquilidad, que nos ayudan y nos aportan calma. Hemos de prestar atención a las soluciones que se nos presentan en la vida y dejar que sean ellas las que dominen nuestros pensamientos.

Una persona negativa, pesimista, controladora, que se encasilla y que teme el cambio, es un freno para una evolución favorable, para un desarrollo personal que nos haga crecer como personas. Si sólo buscamos una seguridad restrictiva y nos mantenemos en nuestra pequeña zona de confort, nunca alcanzaremos nuestros deseos.