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Hablemos de fobias.

Triptofobia:

Miedo o repulsión a los agujeros, hoyos o figuras geométricas con un patrón repetitivo. Esta fobia no suele tener origen como otras en un suceso traumático o un aprendizaje que condiciona y desarrolla el miedo. Su prevalencia en la sociedad es más frecuente de lo que podemos suponer; afecta alrededor del 25% de los seres humanos. Su origen se vincula a un reflejo vestigial de supervivencia asociado a las especies más letales y venenosas del planeta, ya que llevan en su piel un patrón de figuras geométricas en repetición.

Esta fobia aún no se ha reconocido oficialmente en manuales de referencia como el DSM, (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), por falta de estudios. Hay estudios que apuntan que la triptofobia tiene sus orígenes en el asco no en el miedo como el resto de las fobias, por tanto no podría considerarse como tal.

 

Catisofobia:

Es una extraña fobia. Las personas que la padecen albergan un miedo irracional a permanecer sentados. Este temor les puede llegar a aislar a nivel social al no poder asistir a eventos como comidas, reuniones de empresa, ciertas celebraciones, etc.

Su origen suele estar asociado a la vivencia de una situación aversiva que les genera un trauma que asocian a dicha posición: haber sido rehén en algún secuestro, haber sufrido torturas mientras estaban sentados, etc.

 

Ablutofobia:

Es otro ejemplo de fobia que puede traer asociado un problema a nivel social severo. La gente que padece este miedo tiene un temor irracional a bañarse o limpiarse a causa de algún hecho traumático de su pasado o por un mal aprendizaje en la niñez. Pueden llegar a desarrollar otro tipo de fobias como la agorafobia o la fobia social a causa del rechazo que puede generar en su día a día la falta de higiene.

 

Somnifobia:

Miedo irracional a quedarse dormido, normalmente por temor a que les suceda algo horrible o incluso morirse mientras duermen y no volver a despertarse. Esta situación produce un constante estado de angustia a quien lo padece y puede desarrollar problemas asociados a los trastornos del sueño.

 

Emetofobia:

Las personas que padecen de esta fobia sufren un temor intenso a todo lo relacionado con vomitar o ver a otra persona vomitando. Estos sujetos suelen alterar sus hábitos alimenticios para sentirse más seguros e incluso padecen trastornos de la alimentación a causa de su fobia, teniendo un constante sufrimiento a la hora de las comidas. Las mujeres pueden llegar a evitar quedarse embarazadas por el riesgo de padecer nauseas o tener vómitos.