Cada individuo posee un ritmo circadiano diferente. Este ritmo regula los cambios en la actividad física y mental que ocurren a lo largo de un día. Por tanto, sus ritmos de actividad y descanso van a depender del tipo de ritmo circadiano que tenga: matutino, vespertino o intermedio.

El gen CLOCK, (Circadian Locomotor Output Cycles Kaput), descubierto por el equipo de Joseph Takahashi en 1997, está implicado en la regulación de estos ritmos, afectando a su persistencia y duración.

La melatonina es una hormona que, entre otras funciones, regula el ciclo sueño-vigilia. Y el gen CLOCK es el responsable de indicar a tu cuerpo a qué hora y a qué ritmo segregas melatonina.

Un sujeto con el ritmo circadiano matutino, se acuesta y se levanta más temprano. A causa de que la segregación de melatonina de su cuerpo, se da en las primeras horas del sueño. La persona se despierta fácilmente y llena de actividad, alcanzando su máxima productividad y rendimiento por la mañana.

No obstante, un sujeto con un ritmo circadiano vespertino, segrega la melatonina en las últimas horas del sueño. Esto afecta a su despertar, siendo costoso levantarse temprano, pero por la noche se sentirá enérgico y activo. En este caso, los individuos se acuestan a horas tardías y evitan madrugar. Tienen su mayor rendimiento y actividad por la tarde.

Por tanto, la gente que le cuesta madrugar, no tiene por qué ser perezosa, más bien tiene un ritmo de actividad diferente. Por eso, hay personas que prefieren estudiar y/o trabajar por la noche y otras eligen madrugar. Todo es cuestión de genes.